miércoles, 5 de enero de 2011

La noche en la avenida

Corrientes nunca duerme y eso me tranquiliza,camino entre miles de rostros apurados,son burbujas,nubes pasajeras,golondrinas transitando la avenida.
Una librería me llama desde el otro lado de la calle,de repente pasaron dos horas abriendo libros,oliéndolos,la mirada absorta,sola,sola,sola.
las luces de neón forman cuerpo con las voces y el continuo ir y venir de autos y colectivos,yo me siento detenida en dos paginas,me siento felizmente presa de un vicio de niñez.