Eso, que tengo 7 años y me gusta, me gusta caminar sin pisar las uniones de los mosaicos o baldosas, me gusta hablarle a los perros y a las hormigas, le tengo miedo a las abejas,me gusta soplar en el sorbete de mi chocolatada para que haga burbujas, me gusta subir las escaleras de dos en dos (aunque a veces me canse), me gusta reír fuerte y por razones karmicas en las ocasiones que no debo tambien. Hace rato que me he vuelto la niña que nunca fui, yo era callada, de esas niñas que las mamás adoran porque no hacen ruido y no tiran y no destruyen, y se pueden quedar sentadas con su plastilina y sus colores haciendo muñequitos,leyendo sus libritos... yo era así por convicción, no porque me tuvieran en un estricto régimen. Siempre he ido para el lado que no es. Todos los días me veo con cuidado la cabeza, con miedo y con expectativa de descubrir mi primera cana camuflajeada entre mis cabellos oscuros, aún no la encuentro, aún soy una niña, todavía puedo saltar en los charcos.
